Nuevos Tratamientos, ¡Más Esperanzas!

Los nuevos tratamientos para la psoriasis logran que un alto porcentaje de pacientes mantenga su piel libre de placas. La limpieza de las placas se evalúa con un índice llamado PASI que mide las áreas del cuerpo afectadas y la severidad.


“Cuando me diagnosticaron psoriasis a los 20 años, el médico me dijo que no me iba a morir, que era sólo estético. Pero no entienden que si no tienes una vida normal, con tu familia, tu pareja, tus amigos, es la diferencia entre vivir o no vivir”. El testimonio de Celia Marín, 43 años, madre de dos hijos, grafica lo que significa tener psoriasis: las placas que cubren la piel, que pican y especialmente estigmatizan. Hasta ahora, los tratamientos más efectivos lograban reducirlas en un 75%, pero una nueva generación de fármacos abre la puerta a un cambio de paradigma: la limpieza total de la piel.

La psoriasis es una enfermedad crónica del sistema inmune que acelera el ciclo de vida de las células de la piel. Esto hace que se acumulen en la superficie y se formen escamas y manchas rojas (las placas) que causan picazón y a veces también dolor. “Es la forma de responder frente a una agresión de alguien que tiene una predisposición genética”, explica Ariel Sehtman, presidente de la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD).

Aún no se sabe con precisión cuántas personas viven con psoriasis: siempre se habló de 125 millones en el mundo y unas 800.000 en Argentina. El próximo 29 de octubre se tendrá la primera estadística fidedigna con la presentación del Atlas Global de la Psoriasis que está realizando la Liga Internacional de Sociedades Dermatológicas impulsada por la IFPA, la federación internacional de asociaciones de pacientes. Se estima que los datos serían inferiores a las cifras conocidas hasta ahora.

Lo que sí se sabe es que más de la mitad de los afectados presentan psoriasis en placas y de éstos, más de un tercio tiene la forma de moderada a grave de la enfermedad. Además, el 30% de los pacientes con psoriasis desarrollarán artritis psoriásica, con compromiso de las articulaciones, dolor y rigidez.

La psoriasis no se contagia. Y si bien en los últimos años creció la concientización, aún hoy quienes la sufren deben convivir con el prejuicio y la discriminación. Según encuestas internacionales, el 75% de los pacientes se ve poco atractivo y el 54% se siente deprimido por su enfermedad. “Estuve 15 años sin ir a una pileta por no ponerme una malla. Me perdí un montón de oportunidades por sentir que no era como los otros”, dice Marín, hoy presidenta de la asociación española Psoriasis en Red. Ella compartió su historia en el congreso anual de la Sociedad Europea de Dermatología (EADV), que termina este sábado en Madrid y donde la psoriasis fue uno de los temas relevantes.

En el marco del EADV se presentaron estudios que avalan la eficacia de nuevos medicamentos biológicos que bloquean la interleukina 23. Las interleuquinas son citocinas, unas proteínas que funcionan como comunicación entre los glóbulos blancos. “Estas nuevas moléculas bloquean pasos en esa cadena del sistema inmune y así se evita la respuesta inflamatoria. Al avanzar en interleukinas más específicas se logra una respuesta más efectiva y menos efectos adversos”, explica Débora Kaplan, dermatóloga miembro de la Sociedad Latinoamericana de Psoriasis. Si bien estos medicamentos pueden aplicarse en una primera línea terapéutica, obras sociales y prepagas suelen pedir para autorizarlos que se haya hecho una progresión terapéutica con las otras alternativas (fototerapia, tratamientos tópicos, orales e inyectables).

La limpieza de las placas se evalúa con un índice llamado PASI que mide las áreas del cuerpo afectadas y la severidad. En el caso del fármaco risankizumab (que ya fue aprobado por las agencias sanitarias de Estados Unidos y Europa y en breve lo haría también la ANMAT), al cabo de 84 semanas (poco más de un año y medio) un 63% de los pacientes habían alcanzado y mantenían un PASI 100 (sin placas) y un 24% más un PASI 90 (90% menos). “Son números muy altos”, celebra Silvia Fernández Barrio, presidenta de la Asociación Civil para el Enfermo de Psoriasis (AEPSO) y secretaria de IFPA. Kaplan aclara que “la psoriasis no tiene cura porque como en toda enfermedad crónica el tratamiento debe ser permanente”, pero remarca que estas nuevas terapias “logran la remisión del cuadro clínico”.

Según la canadiense Melinda Gooderham, investigadora que participó en el estudio, estas terapias "cambian el escenario del tratamiento de la psoriasis. Medimos el índice de mejora de la calidad de vida y llegaba al 87,4% en los pacientes que están completamente limpios”, detalló. ¿No deberían sentirse mejor el 100% de esos pacientes? “No sabemos exactamente por qué esa diferencia –admite a Clarín-. Puede ser porque aún tienen que aplicarse cuatro inyecciones al año. O por factores emocionales, porque esos pacientes armaron toda su vida alrededor de la enfermedad y sienten que aún le impacta”

Fernández Barrio coincide. Desde su asociación brindan asesoramiento a pacientes y afirma que cada uno “es único y es su entorno. En promedio, la edad a la que nos consultan son 42 años, lo que te marca un impacto brutal en el momento más productivo de su vida”. Ella da algunos consejos a los pacientes: el primero es empoderarse e informarse. El segundo, “hacé lo que te dice el médico y creá empatía con él porque en quienes tienen una buena relación con su médico la adherencia al tratamiento aumenta al 90%”. Y el último, desde su propia experiencia: “La psoriasis es una enfermedad que te jode la vida. Pero yo siempre fui dueña de mi vida. No dejé que la enfermedad me dijera qué tenía que hacer”.


Fuente: clarin.com
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